En cada lágrima...

El llanto que en nuestro corazón se hace tormenta,
que inunda de agua el alma y ella se desborda como ríos
no encuentra afluentes mas que nuestros ojos
que tristes rebosan en el momento oportuno.
Por tu ausencia que es mi queja
por la mía que es tu aflicción

No se que causa el quebranto que al desconsuelo nos lleva
Supongo que es el caudal de nuestro interior
que a esta tierra antes de morir quiere dar vida..
así, nos hacemos eternos
Son nuestras lagrimas semillas que dan frutos,
que a la arcilla nutren,
que al barro dan forma,
que el campo refrescan.

Llora, como cervatillo llora
gime, como tórtola gime
componte como águila y vuela..
pero nunca,
nunca olvides tierra la piel de la que estas cubierta...
Piel humana,
piel que duele,
piel que ama.
Sin alas que el aire surquen
sin canto que arrulle
sin pasos gigantes.

Firmamento, no soy nada
sólo soy yo en la encrucijada.
Una criatura de carne, que su alma ha enamorado
Una piel sin hermosura, que sus ojos ha deleitado
Un alma perdida, por la que su vigor ha entregado
Y después de esto yo ,
yo me vuelvo al principio…
al huerto de nuestro encuentro
a las lágrimas de mi incapacidad
al llanto de mi invalidez.
Aunque ahora ya no son tan amargos los ríos
ya no saben a hiel…

SHA

 

Lágrimas que a veces buscan tocar suelo. Como la lluvia misma, tan necesaria y divina. No conozco a nadie que no haya llorado alguna vez, así que considero que es parte de nuestra condición humana.

Me ha gustado su poema, aún en la nostalgia la belleza sobresale.

Un cálido abrazo.

 

Se me antojan necesarias las lágrimas de tu bello y melancólico poema, el amor implica vacíos y momentos de ausencias que cuesta llenarlos sin él o ella y la vida es tan veleta...Abrazote de admiración y cariño vuela querida amiga Sandra. Paco.

 

Hay tierra con los surcos labrados en su piel, una sonora y lánguida fuente que con el brete de su cantar da vida, se descarga sobre la tierra con gotas cristalinas, incesable a veces por su triste cantar, y la piel en su abrigo la acoge mientras en el corazón, en la desazón del latido cuando el campo yermo por las inclemencias del invierno, este no es eterno, tampoco es el final, tan solo el inicio a otra estación, que tras la lluvia que se descarga, gracias a él florece de nuevo la vida y la piel retoma su color, el alma se expande y los labios piden, tras la tempestad llega la calma, es posible querida amiga, que todo vuelva al inicio, que sea un círculo y nos regrese a donde todo empezó, y es posible que la tierra sedienta nos solicite nuestras lágrimas...todo ha de volver a florecer de nuevo.
Hermoso como siempre mi querida amiga, también he dejado caer gotas sobre mi tierra la cual en su día también estuvo marchita, hoy florece en todo su esplendor, es lo que tiene el amor.
Un abrazo muy grande querida amiga.