El umbral

Al infiltrarme hondo
en la represa de mis pensamientos,
al entender que nada queda ni nada tengo,
solo quisiera saber que me espera
en este carnaval fatídico de mi existencia.

Y gira la rueda "Chicago"
de mi extravío,
en circunferencias
monótonas y traicioneras;
no cesa la redonda de dar vueltas,
no cesa de arrullar
mi dolor y mi tragedia.

Mis ojos se pierden
con la mirada del pésame,
como autocompadeciéndose
en su desconsuelo;
las lágrimas que ruedan
por mis mejillas
ya no son de agua....
¡Son de arcilla!
las de agua y esperanza
hace tiempo rodaron y se secaron,
las de arcilla me queman por fuera
y por dentro me están matando.

Todo se nos va de las manos
como briznas,
todo Lo perdemos en un instante:
el amor, los amigos,
la libertad...¡Los sueños!
sólo los recuerdos quedan
para sepultarnos.

Y así, entre pensamientos lejanos
e inválidas soberbias,
mis noches
son velorios particulares
de larga espera...
Del silencio que me rodea
y la pena que me encierra,
sólo queda el miedo,
la frustración...¡La impotencia!

"Aún así no cruzaré el umbral,
que haría que terminara
mi depresión y mi tristeza"


Tato Ospina
Derechos reservados
Colombia ​

 

hermoso poema Rafael, tus versos emanan nostalgia, mucha melancolía y belleza, no siempre todo es claridad, aveces la bruma nos cubre con su manto pero aún asi la luz de la esperanza no puede apagarse, hay que seguir.recibe un cordial saludo poeta.

 

ese umbral, no ofrece una soluciòn, solo un abandono, y abandonar no soluciona...
grandes lìneas, poeta.