El tiempo mudo (un soneto con prólogo)

Prólogo

A veces pienso...
¿Estoy vivo, o muerto?
Cuando esté muerto,
¿pensaré distinto?
Muerto o vivo,
vivo o muerto...
¿Pensaré lo mismo?

Si pienso, vivo...,
pero, ¿y si me piensa el muerto?
¿No soy más que un preso
en la cárcel de algún cuerpo,
o es el cuerpo cuando nace
el más puro intelecto?

La vida ya contiene
a la vida en su contexto,
y a la vida le confiere
la hermosura y su defecto.

¡Qué más da cuando me muera!
Si en mí vive el universo,
quedaré como una estrella
redivivo entre los versos.

El tiempo mudo

El agua de este río el campo encubre
con la semilla que la lluvia arranca;
es la estación con líquidos de Octubre
que deja otoños con su mucha branca.

Todos los árboles el sol descubre
de desnudez por la nevada blanca
junto a la tierra que las hojas cubre
en la cañada de la rama blanca.

Un sol incierto reaparece al frío
en la montaña de un ocaso crudo;
todo es de hielo, en nada queda el río.

Paisaje quieto de corriente, pudo
con soledades, ni señal de brío,
espejo ser del campo, el tiempo mudo.

 

Con la única certeza del constante cambio,los ciclos biológicos se suceden,inapelables...hermoso soneto y magistral prólogo ! Un abrazo