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El Principito

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por rafael tato, 13 de Mayo de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 568

  1. rafael tato

    rafael tato Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    22 de Mayo de 2011
    Mensajes:
    735
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    A l llegar a casa, me encontré casualmente con el cartero;
    acompañó su saludo con una simpática sonrisa y me hizo entrega de una carta.
    Después de haberle agradecido su noble gesto, me dirigí al interior de la casa, me
    acomodé en mi viejo sillón y me dispuse a leerla.
    El remitente de la misma, era mi viejo amigo Simón...
    llevábamos ya 20 años sin vernos, pero manteníamos contacto regularmente telefónico o por correspondencia...era comienzos de la década de los ochenta.
    Simón había sido en mi infancia y juventud, mi mejor amigo y por qué no decirlo, ¡mi propio hermano!
    Su exquisita manera de vivir y su inagotable fuente de amor y humildad para con los demás, hizo que yo en vez de llamarlo por su nombre, lo llamara simplemente , " El Principito".
    Aún así, nunca pude convencerlo para que se acercara de una forma definida a ese
    mundo maravilloso que nos ofrece Nuestro Señor Jesucristo.
    Después de haber leído la carta, reconozco que me ocasionó un gran impacto,pues su contenido era fuente de un inmensurable sentimiento de amor y valor humano.
    Sin pensarlo dos veces, decidí incluirla en el libro de reflexión que estaba empezando a escribir, y que posteriormente lo titularía, ¡SIEMPRE!
    En la carta me decía lo siguiente:

    ¡Hola! mi buen amigo;
    te escribo desde mi lecho silencioso,
    acompañado por el tenue viento,
    mi vieja Biblia y "Sonso", mi perro, amigo mascota.
    Te preguntarás, ¿la Biblia?
    pues si te hace sentir bien,
    después de mucho tiempo
    yo también logré encontrar ¡la verdad de la vida!
    ¡la esencia de nuestra existencia!
    ¡el camino hacia la eternidad celestial!
    ya me imagino tu alegría...¡hermano mío!
    siempre quisiste que como tú,
    yo conociera y disfrutara
    el maravilloso mundo de Dios Nuestro Señor.

    Hace un año,
    me encontré en el asiento trasero de un taxi
    una vieja Biblia...¡mi Biblia!
    desde ese mismo instante comprendí
    que el Señor estaba a mi lado
    y que a partir de ese momento,
    ¡nunca más volveríamos a separarnos!

    No sabes con cuanto cariño recuerdo
    los momentos vividos
    de nuestra sana y bella juventud.
    Recuerdo cuando libres como el viento
    dábamos rienda suelta
    a nuestros sueños aventureros
    y volábamos como aves peregrinas
    a descubrir nuevos mundos...
    era como tomar la tierra con las manos,
    acariciarla y jugar con ella...
    no existían límites en nuestras mentes,
    sólo veíamos esa luz infinita esperándonos,
    la perseguíamos con la alegría del grumete,
    cuando su barco color rosa,
    levanta ancla y se marcha.

    Napoleónicos conquistadores
    de vírgenes experiencias:
    Cómo fundíamos nuestra inocencia en las calles,
    en bares de luces rojas y verde alfombra;
    cómo pulsábamos los dados
    para jugarnos nuestro orgullo,
    cómo sin darnos cuenta dejamos de ser niños
    y se abrían ante nuestros ojos
    horizontes llenos de esperanza y satisfacciones.

    La universidad nos siguió uniendo
    en ese galopar que nos da la vida;
    el amor con su sombra blanca cubrió nuestras mentes;
    sentíamos caballos de potencia en nuestros cuerpos
    y sueños ilimitados se abrían ante el sendero
    de nuestros queridos años mozos.

    ¡Eramos fuente de fantasías!
    ¡tormenta de ilusiones!
    ¡diamantes de energía en bruto!
    ¡soñadores infinitos!
    en donde sólo pretendíamos imitar a "Neruda"
    cantar como "Elvis"
    o bailar como "Sammy Davis Jr"

    Pero amigo mío;
    la luna oculta su cara,
    el sol se asoma ensombrecido,
    escuchamos cuernos de caza,
    y en cualquier momento de nuestra vida,
    la muerte entona su himno.

    El cáncer de los hombres,
    atormenta mis huesos y mi sangre;
    pronto mi espíritu lavantará ancla...
    y me iré en mi barquito color rosa,
    ¡lleno de alegría...lleno de esperanzas!
    a buscar nuevas tierras,
    ¡a vivir eternas infancias!
    allí te esteraré esperando hermano mío;
    en esa fuente de luz infinita... ¡que tanto buscamos!
    ¡en el reino prometido!
    que el Señor tiene dispuesto
    para los hombres de buena voluntad,
    ¡como tú!
    ¡como yo!
    ¡como tantos y tantos hermanos en Cristo!
    Por eso hermano mío, ¡nunca abandones tu Biblia!
    la esencia de sus palabras
    es la llave para abrir las puertas del cielo,
    ¡del reino eterno! ¡del paraíso!
    ¡no lo olvides nunca!
    ¡el Señor es tu pastor, nada te ha de faltar!

    Hasta pronto mi buen amigo y hermano...
    te ama;
    El Principito

    Simón descansó en la paz del Señor,
    cuatro días después de yo haber leído su carta.

    ¡Siempre!

    Tato Ospina
    Derechos Reservados
    Colombia
     
    #1
    Última modificación: 13 de Mayo de 2014

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