El mundo Cadabra

El mundo Cadabra


Soy pastor de una iglesia
que tiene ovejas benditas,
porque escuchan sermones
y oyen campanas que vuelan,
en alegre oración que recitan
los días pares y nones,
las mañanas radiantes camelias
y como ellas mismas las noches.

Todo el día con la palabra,
y cuando me duermo
la palabra se marcha.
¿Qué será de mi verbo,
de la voz que no canta,
cuando duermo y lo siento
que mi boca se estanca?

Tan sólo me falta el sueño,
soñar con el eco y el habla;
si el día en que ando despierto
todo es noche en un mundo cadabra,
debe ser un mágico invento,
que aún durmiendo el demonio me hurgaba,
y sólo espero el poder del convento
que dé vuelta a la llave y me abra.

Esta noche me hablaste dormido,
y decías un nombre... ¡que vaya!
No conozco esa amiga de amigo,
y no sé si es amiga de cama
o es un cariño de cabra.
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