El Maestro

Cuerpo encorvado y maltrecho, camina hasta su salón
ese quinto de primaria, que ya es parte de su vida
en donde ha visto pasar, chicos llenos de ilusión
entre caritas inquietas, a quien enseñar motiva

deja una parte del alma, derramando su saber
dedicado a la enseñanza, con denuedo y con pasión
fuente de conocimiento, para el que quiera aprender
son bandera en sus lecciones, cariño y dedicación

ve pasar los días tranquilo, entregado a su enseñanza
décadas del quinto grado, constante fiel, diligente
para él siempre los chicos, son futuro y esperanza
y les ofrece su empeño, interesado y paciente

los años se le desgranan, en las manos entumidas
la vista no le obedece, ni el hablar como en antaño
dejó en el aula su vida, en enseñar a otras vidas
entre lecciones constantes, cariño y algún regaño

muchos por allí pasaron y ahora después de tiempo
recuerdan en su nostalgia, con afecto y con agrado
a esa antorcha del saber, guía enérgico, entregado
a la larga más que amigo, maestro del quinto grado

 

Bién amigo, nuestros maestros merecen eso y más. Saludos y abrazos

 

Pues casi nos has puesto en el pupitre de madera, con la chapa superior rayada por las puntas del bolígrafo o incluso por alguna navaja de los más mayores, dee los repetidores del aula. Me encantó esa metáfora de la antorcha del saber... es vertical, directa... conspicua, como la propia sabiduría Debe ser. Un abrazo

 

El primer maestro es el que deja huella, aunque al principio nos da algún palo es el guardamos en la memoria.
Buenos versos nos dejas. Feliz fin de semana.

 

Me sentí en clases jejeje. Hermoso homenaje al maestro, ese ser que se esmera en enseñarnos muchas cosas importantes para nuestra vida y si no fuera por ellos hoy no estaríamos acá compartiendo nuestras opiniones y nuestros talentos. Gracias a tu maestro por traerte con nosotros. Un beso estrellado!