El Golem creyente

El Golem creyente

A ti que construí de barro bueno
y al cabo te deshizo el agua clara,
lavada con la sangre está mi cara
fracaso del intento y desenfreno.

Perfecto yo te quise como flor
que aroma cuando es orden mi mandato,
no puedes conocer lo que es amor
ni sabes padecer cuando te mato.

Te miro y tú me miras a la vez
por ser nuestra mirada cabalista,
a veces solo veo brillantez
y en otras de tus luces ni una pista.

No quise de tu imagen lo que es raro
si ensayo como ver lo mal construido;
fue el tiempo en que viví, no había faro,
y a tientas modelé mi propio ruido.

No pienses que mi mano te mató
ni creas que en el cielo vivirás,
la luz en mi ventana desató
la vida que te quito y tú me dás.

El Golem asustado y enfermizo
no quiere levantarse del sepulcro,
está solo esperando a quien lo hizo
y ver si se mantiene igual de pulcro.

De pronto escucho al habla autoridad
y vienes hacia mí sin compromiso,
eres el dios de alta oscuridad
que entre tinieblas hizo lo que quiso.

Antes, para matarme, espera, hijo,
recuerda si la vida que es la clave
no se abra a ti también, cordura cabe,
y sepas renunciar al crucifijo.

 

Muy buena poesía, inspirada y rítmica. Te felicito.

 

Muchas gracias por el comentario, Daniel. Un abrazo