Dominio infinito de la memoria y la escena.

(En forma de un silencio finito dirigen las manos una mirada).
Y yo clavado, y una cama desnuda, y manos que no escuchan
cuando hayamos desaparecido sin dejar ningún rastro.
Puesto que lo ignoras, me asomo y le grito a los labios
que con su nombre caminan entre indiferente cálculo.
Y , ¿Qué ven?¿ Qué hay delante de las cosas?
-Confórmate con saber, únicamente, que bebo vino.
Anoche, como siempre, ningún lugar estaba aquí
o entre nosotros para darle cuerda al olvido.
-Reconoce al amor el dominio infinito de la memoria y la escena.
(No es probable, por eso óyela que anima el movimiento y pregunta).
-Empieza de nuevo como si yo ya no pudiera ver
que son los días más claros y ya no quiero ser más.
-Ábrete paso con las cuerdas escritas y escucha lo más terrible:
divide el recuerdo de dos cuerpos.
(Él, no cansado de palabras y en imperativo).










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Gabriel Sotomayor

 

debo decir que la primera línea me ha impactado, tiene un mensaje oculto, pero suena bien, bienvenido