de negro

sentado en silla de nea
con mi corona y mi cetro,
un sombrero cordobés
y una varita de cedro,
“iluminao” de una luz
“difumina” por mi cuerpo,
así quisiera cantaros
sobre un escenario negro.
Y pues que negra es mi copla,
que el vestuario sea negro,
que solamente mi voz
pueda mostrar mi tormento,
y daros el corazón
y la vida con mis versos,
por ellos quiero cantaros
sobre un escenario negro.
Que en lo negro me confundan,
solo quede en tu recuerdo,
una sombra y una voz
colmada de sentimiento,
un corazón que lloró,
sobre un escenario negro.

 

Con sumo respeto me permito recordarle que la noche es negra y es hermosa, que las manifestaciones del más cálido amor generalmente acontecen a oscuras; que en cambio la muerte es pálida, nada negra. Podría escribirle durante dos o tres horas defendiendo lo negro, pues soy negro, hijo de una negra con un corazón rojo de oro ¿existe oro rojo? Sí... existe.

Buen poema. Saludos.

 

estimado césar: no pretendo hablar en mi copla del color de las razas, busco en las gentes su nobleza, y reconozco que entre tus gentes los negros, (en el mejor sentido) estais sobrados de ella, lo que en mi copla trato es que no quede imagen de mi, solo que recuerden los versos
un fuerte abrazo