De barro el cielo

De barro vuelva
señor al cielo;
y seque la tierra
que pisa el alma;
que se abra y raje
como un desierto
lejano y negro.

Y dé sus clavos
a nuestro dueño,
el rey dorado.

Y deje al diablo
al muerto en vida;
que sea sombra
de un sol que vaga
por este infierno
de pies que son
cada uno un no;
de pies que van
con manos vacuas,
cada una a sí.

Coloque ahí
señor sus clavos,
que sangren oros,
que sangren barros.

 

Sr Evano, no me dejan darle reputación pero a mi humilde parecer escribes precios! un abrazo de sol

 

Preciosas pinceladas nos dejas mi querido Évano. Aplaudo tu obra. Me ha encantado.Besos con cariño.

 

Hermoso, místico y con mucha sensibilidad.
Placer leerte Évano, Gracias la oportunidad.
Saludos fraternos te los envío buen amigo.

 

Pues me voy a cabrear mucho si no me da reputación, señora Ethel jajaja... Un montón de abrazos solares y muchas gracias por su lindo paso; y a usted también, querida Yaneth; y a usted, señor Ramiro, igualmente abrazos y saludos afectuosos.

 

Es nuy bello tu poema pero no me dejan darte Reputacion. Un gusto leerte.

 

No se preocupe, señora Lourdes, con su visita me basta. Muchas gracias amiga, y un fuerte abrazo.

 

Delicia la mía, la de ver a su ojo mágico en mis letras de barro. Un montonazo de abrazos, Ligia.