Culto del mundo

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Culto del mundo

Bajo la sombra del viento
anida la llaga que brota
con voz de barranco,
que es bajar a la tierra
sufriendo los cielos.

Poema en la hierba es escrito
fresco en la sal de las sangres;
dulce cantar de la lengua,
herida de muerte
que nos habla de mares.

Aromas son tiempos de paz y de guerras.
Poemas son muertos, y un cielo se pudre
y se quema, al calor de las mentes
que vagan mortales de eternos anhelos.

Pedid y se os dará lo que creáis
cuando el sufrir deje su paso en la carne;
metamorfosis virtual
que al morir nos lleva de inaudito paladín.

No existe el bien, y menos mal
que aquel que lleva el sello,
cabalga de luto eterno
en el dolor que se hace eco
de los seres que murieron.

Y bajarán hasta las tumbas rompiendo madrigueras
las alas que volaron estando cautivas,
escarbando la tierra, rompiendo maderas;
con hierros de plata y coraje de estela,
de oros sus puños, su boca de cera
que arranca los gritos de amor
y quema, y quema, y quema,
al odio que nunca existió,
porque amor siempre fue paralelo
andar indistinto en el culto del mundo.

 

Gran poema Orfelunio, somos la voz del ancestro pues fluye por nuestra sangre y cada vez que abrimos una tumba y cada vez que vemos las estrellas y cada vez que ofrendas un poema lo haces por el alma del mundo que es la tuya propia y la nuestra. Abrazos amigo.

 

Somos agua, somos carne, somos monte, somos sierra, somos hacha, somos balde, somos viento, somos... mielda. Jejeje. Un abrazo