Como a los quince

Si, todavía me sonrojo
si no dejas de mirarme,
si me dices esas cosas
sin parar de contemplarme.

Y tal vez no tenga años
de colorearme las mejillas,
pero entonces deja ya
de encenderme sin cesar
porque haces que me sienta
como una niña en mantillas.

Que no tenemos quince años
ya a nadie se le esconde,
pero también es verdad
que los amores tardíos
llegan con fuerza brutal
y causan tamaños desvaríos
a la gente de nuestra edad.

Así que abrázame y calla,
que es mejor disimular.
A nadie diremos nada
y seguiremos siendo dos locos
que están volviendo a amar.

 

Bonito, muy hermoso y es que para sentir un gran amor no hay edad, y tú lo has expresado muy bien. Mis estrellas.

 

Amar con fuerza, la madurez no resta intensidad a lo que de verdad importa. Si acaso...., otras barreras pero no la esencia. Estrellas Beth y un abrazo

 

Muy logrado es tu poema
del amor en la adolescencia,
donde aún nos sobra paciencia
porque sobre la conciencia
aun no ha habido un desamor.

Un cordial saludo de:
joanmoypra

 

No, si algo tiene el amor es que no sabe de edades, ni de condicionamientos; está o no está. Gracias por tu lectura. Saludos

 

Es verdad, huellas, en todo caso la madurez da mayor fuerza porque sabes que quizá ese tren es el último que pasa. Saludos y gracias

 

Mi adolescencia hace ya mucho que pasó, pero cuando nos enamoramos todos volvemos a ser un poco aquellos adolescentes que hemos sido, que no piensan sino en el presente. Un cordial saludo y mi agradecimiento

 

hermosa letras y con buena sintonía, a cualquier edad uno se sonroja y más si te lo dice tu enamorado, un abrazo, Ricardo

 

hola,
lo importante es esperar
el momento con mucho ánimo,
y ponerle ganas al asunto.
un gusto leerte
Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

Pues si, cualquier momento y edad es buena para sentir mariposas en el estómago. Un abrazo

 

Muchas gracias a ti por detenerte y tener la paciencia de leer lo que escribo