Autopista

Acá, de frente a la autopista,
la lluvia quita el alquitrán del alma,
la brumosa luna oculta su soledad

detrás​

de las difundidas lágrimas de Dios,
las luces de los autos pasan como ráfagas fugitivas

que buscan colisionar

con algún lugar seco
del horizonte​

“un manojo de metálicas estrellas fugaces
para aquel viejo deseo del corazón
que dejé muy atrás, a cientos de kilómetros, en casa”.

 

Siempre nos han de perseguir aquellos nubarrones, y quizás todo aquello que pudo ser,
porque es verdad que a veces nos sentamos frente a nosotros mismos a pensar demasiado, claro no se sabe hasta que punto es bueno o malo.

 

Instante colmado de emociones, nostalgia, melancolía... imágenes que se clavan en el alma...
Bello leerte siempre querido amigo...te abrazo con todo mi cariño...

 

Esto es sencillo, amiga, ese “no pudo ser” siempre esta sujeto a alguna condición crítica a causa de alguno de nuestros actos.

Gracias por tu paso, amiga; ya te prometo ponerme al día cuando le robe un par de minutos al tirano tiempo.

Un abrazo.

 

Unas imágenes preciosas y logradas. Excelente poema, Danie. Un abrazo.

 

Hola Daniel, es muy bello momento el de transitar tus versos, mi saludos.

 

Excelencia en la hermosura del arte fantástico.