Artemisa, el Demonio y una triste mujer.

Artemisa, el demonio y la triste mujer.

Busque hojas de Artemisa en el monte sagrado
necesito de sus virtudes purificadoras
necesito ponerle término a las malditas noches
que he venido sufriendo.

El demonio abrió la ventana:
He sentido su respiración
su asquerosa presencia.

Siempre supe que me pisaba los talones.
Los rezos se volvieron escépticos
las creencias en mentiras,
busque nueva protección
y tu
tan cobarde, hambriento, pernicioso,
volviste a mi cama
a robar mi alma
a penetrar en mi, tu lascivo germen;
mientras viajaba indefenso
por oníricos escenarios inventados:
¡Por ti, carnicero ilusionista¡
Llego la hora de ponerte fin…

La mujer triste te dejo entrar.
La mujer que nunca se olvido de mí.
¡No soy su hombre¡
¡No soy su amor¡
Pensé que lo había dejado claro,
en aquel sueño
donde saque su cuello de la soga
invitándola a descansar.

Ella me encuentra.
Ella no me deja.
Siento su llanto.
Siento sus manos tratando de agarrarse
a esta vida, la terrible vida que perdió.
La réplica en mí, perdida, penosa,
Nociva.

Ella, la ventana para el demonio.
Ella, el paso de entrada para sus abominaciones.
Tristemente
persiguen mis pensamientos
para existir en sus aterradores roles
facilitados por la imaginación
¿Imaginación?

Esta noche se desvanecerán.
Deberán olvidarme.
¡Dejarme en paz¡
Juntos nos liberaremos, mujer triste,
con este poderoso rito te alejare, demonio...

En un pequeño altar, preparo el Ritual:

Mi sangre vierto sobre las hojas de Artemisa
Pidiendo favores al significado de su nombre
Requiriendo de sus virtudes:
ooH mágico fuego!!!
Quemad esta mezcla eficaz
Dejad que este humo acompañe
El alma perdida que me persigue
Guíala al final de sus quejumbrosos llantos
¡¡¡Esta mujer tiene que renacer!!!
Dejadla en el llano tranquila
camino a la puerta de su destino.

Permíteme coger tus flechas
Dadme la visión para encontrar
los mil cabezas del demonio.
Que su muerte sea la catarsis emancipadora
Dame certera puntería, dame potente valentía:
Que se entierre en sus cabezas ilusorias
Que se clave en su ano pútrido
Que se clave en su cabeza salvaje
Que se clave en el ombligo y no me ate a su vientre
Que vuelva a su infierno, sufriendo en la eternidad
¡Que nunca más vuelva a mi descanso¡

Purifica mis aposentos
Limpia mi cama
Libérame de las negativas influencias
Dadme paz
Déjame soñar contigo
Espíritu sanador Artemisa
Baja de tu luna con tu arco y flecha
Te invito a la permanencia
Invoco tu protección
Inspiro tu humo antiquísimo
Beberé el brebaje y despertare en tu ceno
Gracias ooh gran Artemisa.​

Libre al fin,
en cada esquina de mi habitación
Artemisa prepara una flecha
Protegiendo mis sueños..

 

Muy buen escrito... Un gusto pasar

 

Que maravilloso poema,
me ha encantado en especial
por que no sé que es mas difícil si
deshacerse de una mujer encaprichada
o de un demonio.
Magnífico también tu rito,
un placer leerte.