A Estela

Es una planta difícil
de cultivar la esperanza:
a diario exige su riego
con sus promesas escasas.

Su semilla de ilusión
regamos cada mañana,
esperando cada día
que brote de nuestra entraña.

Para regarla obtenemos
en el rocío las aguas
que nos dejan de regalo
sus madrinas, nuestras hadas.

Pero las hadas son débiles
y con el tiempo se cansan:
con el invierno se torna
el rocío en las heladas.

Del corazón la tibieza
hace el agua de la escarcha
para regar la semilla
cuyas hojas tanto tardan.

¡Cuánto corazón pusiste
tú, buena madre de Laura!,
por que llegue a florecer
la sangre de su esperanza.

¡Cuánta luz en tus tinieblas!,
¡cuánto valor en tus lágrimas!
¡cuánta dulce humanidad
en tu lucha solidaria!

Son de amor esas semillas
que hoy renacen en mi patria,
de amor revolucionario
que es amor de la esperanza.

Con el pan de una consigna
que tus brazos agigantan
llega tu nieto a su vida
tantos años postergada.

Si somos lo que sembramos
con los sueños y las ansias,
hay que regar las semillas
que nuestros muertos sembraran.



.

 

Mientras no nos abandone la esperanza, toda meta, toda ilusión es viable. Esperanza que no desamparó a Estela de Carlotto en una batalla siempre contracorriente, y que le devolvió el nieto perdido en la larga madrugada Argentina.
Un romance de una belleza impactante, que llega a lo más profundo.
Mi aplauso sincero, Jorge; es realmente una maravillosa obra.
Un abrazo.

 

Magnífico romance, Jorge.No te lo puedo decir mejor que como te lo ha dejado dicho Luis, amigo. Suscribo pues su comentario y te digo que estoy contigo en estos versos.

Un abrazo con estrellas.

 

La verdad es, Luis, que este hecho me emocionó hondamente, más allá de lo que a primera vista podía suponer: las marcas que esta historia ha dejado, esas heridas abiertas, van más allá de lo que sabemos.

La historia de lucha de Estela es una hermosa historia, de esas que solo en Hollywood suelen tener final feliz: ayer la Argentina fue un poco Hollywood quizás.

Los miltares de mi tierra, y tantos que los aplaudieron o colaboraron con ellos, se ensañaron contra la generosidad: generosidad juvenil y revolucionaria que nos llevó a tantos al compromiso y a la lucha por un futuro más humano para la sociedad. Pocas generosidades tan hermosas como la de parir y criar un hijo, generosidad que a Laura le truncaron con una mezquina bala. Se unen así, en este símbolo, dos pasiones de la esperanza: la revolución y la maternidad.

En tiempos en que se promueven la mezquindad y el individualismo la generosa y solidaria lucha de estas viejitas, las abuelas de la plaza, da una gigantesca flor de esperanza que mi patria muestra al mundo.

abrazo
Jorge

 

Gracias, Juan. Ya que tú suscribes el comentario de Luis, me remito a la respuesta que a él le he dado, despachándome con algunos asuntos, jajaja. Es todo un tema este de la verdad y las consecuencias sociales de su ocultamiento, por cierto.

abrazo
J.

 

Un bonito romance nos dejas de principio a fin querido amigo
donde como siempre el estilo de tu pluma junto a tu saber
poético nos hace disfrutar de una bella lectura.
Ha sido un placer poder pasar por tus letras.
Besos y un abrazo. Tere

 

Un excelente trabajo musador:

que me sirve para constatar que te atreves con todos los metros. Y además con elevado tono lirico.

Recibe el más cordial de los saludos.


Miguel Angel.

 

Gracias por pasar por este romance, Tere, en el que he pretendido destacar el hondo valor humano que tiene la lucha por la verdad y la justicia, en este caso la de mi compatriota Estela Carlotto.

abrazo
J.

 

¿Creo que te refieres en tu romance a Estela, de Argentina? que recuperó a su nieto que ya daba por muerto, un gran romance amigo es una "denuncia", tan real de que jamas se debe dar por perdida la fe y la esperanza. Te felicito hermano por tu talento y arte al componer esta obra genial. Un abrazo desde Toledo -España-

 

Gracias, Marcos, por pasar. Creo que la imagen vegetal quedó bonita, sí, hay muchas plantas que se conservan en estado vegetativo, valga la redundancia, hasta que un día nos dan la sorpresa floreciendo.

abrazo
Jorge

 

Efectivamente, Byron, hace ya rato que le perdí el miedo a los metros. Romances, en particular, he escrito varios y desde hace ya años.

gracias por pasar, abrazo
Jorge

 

Sí, Isidoro, al caso de Estela de Carlotto me refiero: ella nunca dio por muerto a su nieto, ni perdió la esperanza de encontrarlo, ese es justamente el tema.

te saludo
J.