A estas alturas le temo a todo:

A estas alturas le temo a todo, a estas alturas ya no tengo nada,

quisiera no ser tan cierta, ciertamente quisiera dejar de querer,

de desear, de soñar, de esperar,

de buscar lo que yo creí que había encontrado,

y aún siento que vivo esperando…


No sé qué tengo es una cruel enfermedad, no sé si es resultado de mi condición,

o mi condición resulta de esta absurda decadencia de mi ser,

Sí, me hace aborrecible, me hace discretamente inútil e ínfima,

el próximo día nunca es próspero para mí de esperar, cuando mi cuerpo no sabe descansar,

Y es que hasta las palabras complejizan toda mi voz,

y no saben ser directamente fiel a mí misma,

en un lenguaje simple las figuras y los artificios son lo más cercano a mí.


Porque no quiero hablar de la realidad,

aún así hacen de mí un todo muy extraño,

a veces no sé si sigo la lógica de la gramática o solo el pulso de las palabras se expande desde la tinta de mi lápiz,

solo sé que esta es una de esas noches en que no logro apagar mi mente, me quedo despierta…


Como si quisiera atrapar el tiempo, ver algo más antes de ver un nuevo amanecer,

donde todo vuelve a comenzar como siempre,

y ya no hay tiempo para remediar lo que seguramente no pude hacer hoy,

ni tampoco tengo fuerzas para saber cómo se comienza a hacer aquello que tuvo que ser ayer.


Porque he caído nuevamente en este juego, en donde solamente yo soy feliz,

oh! y se apenan de mí, pero cuando estoy bien nadie comparte mi felicidad,

en este mundo nadie me pude tocar,

en este mundo nadie me puede hallar!,

mi felicidad ficticia!, mi secreto oculto,

tornándose al mismo cariz,

mi fracción de vida!,

soy parte de la única bandada que me ha salvado de sus mentiras,

pero también me ha llevado a la muerte,

y me deja a la deriva,

soy parte de esta liga del dolor que me ha cubierto de sus embestidas (agredidas).



2009, último párrafo 10 de mayo del 2015. (Cler)