A danae

Recientemente tus labios confirmaron
aquello que, en su mirar, tus ojos
en tantas ocasiones denunciaron,
en un arrebato quizá de fantasía
tus palabras, cargadas de ternura,
confesaron de pronto que me amas,
que tu tierno corazón por mi suspira
corazón de niña que comienza a ser mujer,
que deja a un lado los juegas de la infancia
para lanzarse en pos de la aventura
por el azaroso sendero del amor.

Sé, que el amor no entiende de razones
cuando aflora por la vez primera
al llegar a la vida la tierna primavera;
yo he vivido también las ilusiones
que a torrentes fluyen de un ser enamorado
y sé, lo que es sentirse lastimado,
comprendo, por tal, lo que ahora sientes
porque yo lo he sentido en carne propia
y pregunto al Creador ¿cuál fue la causa
de que tu impoluto amor se haya posado,
habiendo corazones anhelantes
de encontrar un cariño como el tuyo,
en un nido que se encuentra ya ocupado?

 

Maravilla de obra, me cuesta el final, este texto sobresaliente es una gloria.

 

gracia por el calificativo, Maestro; en realidad se trata de una improvisación que he rescatado de mi memoria enteca.