Vertientes

Tenemos una carretera que caminar, pero estamos tan lejos de tener pies.
Tenemos tanto que entregar, pero sólo queremos recibir.
No sé dónde habrá quedado el amor por la simple cascada.
No sé dónde habrá quedado el vigor de ser humano.
No sé dónde estarán los ojos que se enamoren del árbol danzándole al viento.
Y que la rosa pintada, un poco de acústica melódica y vino fermentando, alegren tu día.
Pero hoy millones de códigos, chips de oficina, metales metabólicos y manos energéticas abundan en ti.
Aviones transparentes y carros multiuso.
Dónde está el amor por la simple vertiente

 

Excelencia divina de emocionante arte magistral.