Tasca desconchada

La tasca con suelo de tierra prensada, bancos rústicos de madera vieja, las mesas hambrientas y gruesas, en las paredes desconchadas y mugrientas y percochadas horcas y cribas de las mies jubiladas, huele a sudor humilde y honrado, a vino agrio y a vinagre aguado.

Y en la mesa una botella de cristal trenzado, rodeada de vasos chatos, duros y arañados, todos de ámbar tintados y cada vaso con su campesino acompañado, y se ríen de su hambre y se jactan de su cansancio y se olvidan así de su maltrato.

Y en el palacio fragancias y perfumes exquisitos y mármoles brillantes e inmaculados y tapices de oro bordados y mantelería de paño, y cubertería de plata y copas de cristales de bohemia.

Pero todas esas exquisiteces y todos esos adornos no tapan ni esconden la pestilencia y la horrible descomposición de sus tiñosos dueños.

 

Continente y contenido... parece que el frío y el calor se llegan al vacío. Excelentes letras, Tarugus. Saludos.

 

agradecido de tu comentario quedo..

 

Hola, buenas noches TARUGUS

Me gusta esa tasca, es bien bonita, pero, como bien dices, entre el lujo y la poca humildad hay un olor a corrompido de poca honestidad, sin embargo, también te digo, que no siempre es asi, hay gente elegante ye igual de rica en tesoros, como en nobleza.

Un saludo

 

De acuerdo pero ..., el pobre no es ávaro ni remilgado ni exquisito, un saludo.

 

No esconden la pestilencia, la realzan, pienso yo. Buena reflexión.

 

Para nada como bien dices amigo realzan su hombría y valentía con la vida.