Sediento

Somos almas con cuerpos sedientos,
somos vidas que fenecen junto al viento,
la ceniza de cada segundo,
la avaricia suicida que consume a este mundo,

somos el miedo de un hueco perdido,
vacío que reclama el diluvio,
tristeza de un mar inerte,
su belleza petrificada
por una soledad permanente,

somos la razón que entiende al tiempo,
la excusa que yace en nuestro pecho,

somos lamento y olvido,
porque cada paso nos marca,
y cada sendero recorrido
se adueña de nuestra historia,
permanencia que se rige
por susurros y consuelos,
sabiendo que la calma
solo late en el silencio absoluto.

 

Gracias por compartir, disfruto de tu poesía.
Mis saludos más cordiales.