Sangre

Salida de mis heridas,
Profanada mi piel por tus mordidas,
Y clavando más la puñalada,
Disfrutando del espectáculo,
Venido a mi miseria que raya en el placer...

Lo obsceno quedó atrás...
¿Dime si te comerás al infante que has matado?
Comparte conmigo tu presa,
Comeré la carne que me ofreces,
Y blasfemaré mil veces más...

Sangre exquisita sangre que derrama,
Por todos las heridas que vos dejaste en él,
Mi hermosa diableza de la noche,
¿Que castigo os merecéis por semejante ofensa?
No creo que él lo pueda expresar...

Comeremos su alma por igual,
Esa infantil alma que apenas acaba de llegar,
¿Tiene mucho que nació?
Nació para morir en tus manos,
Alimentar a estos demonios iracundos...

Ríe conmigo amada mía,
Saborea pues el delirio de nuestro asesinato,
Y después a celebrar,
Bajo el manto de estrellas,
Bajo la luz de nuestra eterna luna,

Gozaremos fornicando como animales,
Cambiando nuestras formas hasta saciarnos,
Dejando que otros miren nuestro placer,
En este santuario, en este mausoleo,
Donde dejé mi humanidad...

Palabra maldita que despierta mi ira,
¿Que mas falso que ser un sacerdote de Dios?
La fe se ha terminado, a cambio mis placeres han aumentado,
Déjame tocar tus pechos,
Déjame tocar tu espalda,
Al ritmo de diabólica melodía,

Bañarte en la miel de la lujuria,
Y ceñirte mi hombría hasta el cansancio,
Explorar todas las formas mortales,
Y quedar como inmortales...

Guarda el secreto de mi confesión maldita,
Que no servirá para mí...
Porque nunca mas la noche fue tan espléndida,
Sangre y más sangre por derramar,
Momentos de pasiones infinitas...

Que los caídos se levanten a celebrar nuestra victoria,
Pues sagrado era al que consumiste...
Y así quede escrito en el libro del mal,
Pero con letras de oro en el del placer...

¡Venid consorte mía, amada mía!
¡Que aunque nuestros destinos estén sellados!
Tu estarás aquí oculta bajo mis alas,
Tú estarás por siempre amada....
Con la sangre que compartimos por juramento...


Lord Vélfragor