Sandunguero.

Tu voz suave, liviana,
endulza con su ritmo sandunguero
y dice: -mi Luciana-,
con su tono agorero,
que me hace murmurar: -cómo te quiero.​

 

Esta poeta expresa un sentimiento de amor profundamente dulce y encantado. Su voz interior parece derretirse al escuchar el nombre “Luciana”, pronunciado con un tono musical y casi mágico (“zandunguero”), que mezcla alegría y sensualidad.

El uso de “endulza con su ritmo” revela que ese amor le provoca ternura y gozo, mientras que “tono agorero” sugiere una emoción intensa, casi fatalista, como si intuyera que amar tanto también puede doler.

En la última línea —“que me hace murmurar: cómo te quiero”— se transparenta la rendición total del hablante ante ese sentimiento. No hay artificio: solo una confesión espontánea y sincera. En conjunto, la poeta transmite un amor alegre, musical y pasional, pero también vulnerable, consciente del hechizo que el amor ejerce sobre quien lo siente. Su interior dice más, de lo que se escribe.

 

¡Qué maravilla! que gran comentario para tan poquito poema, una lira de 5 versos. Eres muy generoso con tus palabras y te lo agradezco infinitamente. Tienes el don de la elocuencia que yo te envidio, siempre me maravillas. Un gran abrazo.

 

Ay, Zandunga, digo, Luciana, mamá por Dios. No le digas que lo quieres, dile que sí. Y nos cuentas que te responde, caramba.
Muchas gracias, amiga, por compartir. Te dejo afectos y abrazos.

 

Querido Pedro, gracias por leer y dejarme tu agradable comentario. (Siempre le digo que sí). Un abrazo.