Ruanda humana

El cuarto oscuro ha merecido,
una pequeña rendija,
aquí las almas han llegado,
a tomar el cruel café,
y se han perdonado tanto,
no llevar consigo esta carne,
que si se la aprieta un poco duele,​

Y han ceñido fuerte con las manos,
con palos, garrotes, y asco,
los delgados cuellos,
las bocas han mutilado,​

y los ojos agujerado,

corazones de negra sangre,
corbatas más caras,
dineros electrónicos,
oro y oro manchados
todos las excusas han calcinado y podrido,
al final del fermento los llamaron enemigos,​

Pero los niños no son enemigos
de nadie ni jamás,

Es el mundo y su forma de bestia vomitiva,
cuyo perfil no tiene figura
sino la tristemente humana,

Han apagado miles de niños
para ellos vivirse de lo que no les era,
y cada niño me ha dolido
punzante en el alma.

Apestado en su forma este Globo,
no ha dicho nada de cara y sangre,
de la difusa luz con que amarra
y ruge su conciencia, su dolor,
no salen remordimientos.

Desastrado mundo
el aceite negro cobarde
alcanza con sus chorros
al corazón de la bestia,
podrido y agusanado,
resbaloso en el pus,
repite en boca estrecha,
patrañas de nuestro propio realce infernal,
y lo justifica todo!

 

Escalofriante poema que denuncia una triste realidad, para la que el mundo no ha tenido, ni tiene, ni tendrá ojos. Mis saludos, poeta.
Recaredo.

 

gracia por los comentarios, sólo espero haber transmitido un poco de lo que me tocó sentir en esa realidad tan triste e infame a la que acudimos.