Reflexiones (1)

Dolió durante tanto tiempo que se convirtió en rutina.
Llegó sin avisar y nos inundó a todos. Me ahogué; ellos en el fondo y yo algo más cerca de la superficie, pero el dolor es grande y al final te arrastra.
Ahí abajo no se ve nada. Los sentidos no te sirven, solo agudizan, aún más si cabe, la desesperación que produce saber que todo está roto: ya no quieres ver, ni oír siquiera; ¿para qué? ¿Para qué sentir u oler? Hice todo eso antes y fue en vano. ¿Me engañaron mis sentidos o acaso yo no supe interpretar los estímulos? ¿Ocurrirá otra vez? Y te sigues hundiendo para no regresar a la superficie, porque es el único modo de alejarte y olvidar todo lo que una vez fue, o fuiste; de no pensar en lo que pudo ser o hubieras sido. Me parece que de eso hace ya un mundo...

 

Es bueno el relato, pero creo que debería haberlo estendido para que supiéramos más de qué va la historia. Se le saluda.

 

Gracias por tu mensaje Évano. Quiero seguir escribiendo pero antes necesito algo de tiempo para organizar mis ideas Un saludo.