Querido Nadie

Querido Nadie:
He comprobado que escribir a quien no existe, me proporciona un estado de equilibrio fascinante, yo que soy rama de bambú y tiendo más a ser flexible y hacia abajo, me siento perpleja, tan perpleja que me ha dado por ponerte nombre, te llamarás Nadie, apellido de Alguien Más. Llegados a este punto, me pregunto si no será acaso razonable dudar hasta de mi propia existencia. Insistir en que existo y escribir a alguien que no existe es probablemente una azarosa y lamentable situación originada por mí misma.La lucidez es un nombre femenino, que con claridad y rapidez mental expone su comprensión sobre algo. Por eso es hora de hablar de ella, la mujer por quien suspiras, a quien amas, señora de Alguien Más, tuya, y de nadie más. No la conozco, como a ti, pero la imagino, creo que debe ser la mujer más bonita de todo el universo, tú alma gemela, tú todo, tú complementario y reintegro. Me alegro, de verdad verdadera, de la buena. La llamaré Valeria, que significa la que es fuerte y valerosa, porque así debe ser. Podría llamarse de cualquier forma, Claudia, Ana, Azucena o Margarita, sin dudas de deshojar flores con el me quieres no me quieres, porque con ella no hay duda, a ella la quieres.
“Dividió el universo en cuarenta categorías o géneros, subdivisibles luego en diferencias, subdivisibles a su vez en especies. Asignó a cada género un monosílabo de dos letras; a cada diferencia una consonante; a cada especie una vocal”, escribió Borges, y a ella la llamó amor, añado yo.

 

Creo que me estoy haciendo adicta a tus monólogos internos, hay algo especial que me acuna, como lo hace el bambú con el roce del viento