Querida Mafalda

Adorable pequeñita
de pensamiento agudo,
de cabello imposible,
lograste hacernos reir
con nuestras propias angustias

Cuantas veces sin darnos cuenta
nos activaste en el cerebro
el área que controla
la reveldia y el enojo
por esos pocos
que controlan a muchos
y gobiernan el mundo "con los pies "

Me pregunto como serás
ahora que creciste
¿Estarás de indignada?
¿en un bar contando chistes?
O trabajando en la ONU!

Que aguantable sería
esta pobre América nuestra
si dejaramos hablar
la mafalda pequeña
que a todos nos atrofiarón
un día en la escuela​

 

Así me la imagino... siguiendo las huellas de su creador.



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