Pozo oscuro...

cómo duele la vida...
el silencio de la noche
y frío del sol de rostro gris que llora
y caen las gotas de fuego
desde mis ojos
despiertos
hasta el amanecer...

del pozo oscuro la soledad infinita
desde el nacimiento tengo que beber -
queriendo gritar, me muerdo los labios
para silenciar la sed mortal
del amor...

me asfixio
en mi tumba sin paredes
donde ni un día es diferente -
donde el calor no tiene entrada...
donde mi alma vieja y cansada
en cuerpo joven
sólo espera la huida...

y cada vez más cerca de la muerte
ya deseo que acabe pronto
el dolor de los anhelos tanto tiempo callados
que no encuentran alivio...

busco fuerza y fortaleza...
busco autoridad y dominio...
busco los brazos abiertos
y la dulce sonrisa...
busco el beso y la voz que mande...
la mente ingeniosa...
busco el faro
el puerto seguro
el refugio
la prisión
donde me sienta niña
donde mi espíritu respire
donde pensar
sea innecesario...
donde otro decida
todo...
busco paz
en la total entrega
para poder vivir
y cuando me duela la vida -
en mi Amo
buscar el consuelo...

en ser de alguien
la esperanza que me sostiene -
y sentirme tan pequeña...
¡tan pequeña...!

dar todo -
dedicarme por completo
perderme en Él
en mi Amado...
mi Hombre...
¡mi divino Señor...!

¿acaso es mucho pedir
aunque sea
un poco de amor...?

ni siquiera eso...
tan sólo
que yo ame -
y mi devoción Él reciba...
mientras existo -
y mientras Él viva...
que me acepte
¡que me considere suya...!
no tiene que quererme...
simplemente
dejar que lo quiera...

¿por qué
es tan difícil
sentirse contento
que le adoren a uno
como si fuera dios encarnado
que le sirvan
de entretenimiento al menos -
por qué
no quiere mi admiración
por qué puede darse el lujo
de rechazar el regalo
de mi obediencia y sumisión
cuando todo lo que anhelo
es hacerlo feliz...?
pues, sólo así
me siento bien...

sólo
si a Él, le complazco
mi mente se queda tranquila -
y si le fallo, ¡me duele...!
y no quiero la vida...

¿por qué no entiende razones
dejando morir entre tantos corazones
precisamente el mío...?

que no quiera ser mi dulce verdugo
y de vez en cuando
castigarme por gusto -
¿por qué no puede al menos
desde lejos ser mi Dueño
y cuando por fin me tenga -
simplemente tomar
lo que le pertenece...?
que yo me piense
su pertenencia -
hace que tenga algún sentido
mi miserable existencia...

siendo yo
una cosa insignificante
la más humilde de las siervas
cuyo amor
nadie quiere...

yo que veo superior
al Hombre -
porque es
lo más natural
para mí
y lo más lógico
y me da gusto
sentirlo así...

pero mientras canto
mi himno a la alabanza del Varón -
sólo me gano
su fríaldad y un gran desprecio...

y vivo sola -
y sola moriré tal vez
si no hay quien me salve
a tiempo...







[07/03/2015]

​

 

Gracias, saludos.