Ouroboro

Algunas ramas
de la vida, quemándose.
Un volcán de esencias aromáticas.
El hogar de los dura coraza.

Los ojos ancianos
pero, más vivos que los vivos.

Y el amor por una tierra que no existe.
para la mirada que busca tierras.

Un último suspiro, antes del humo.

Unos segundos de silencio,
en ayuno.
Y, los ojos peregrinos
de un cometa errante que,
gravitaban clandestinos,
girando sobre el eje
del cuerpo flotante
se vuelven proyectil latente
del espíritu del viaje
y comienzan a abalanzarse
sobre las luces del pino

Estalla en ignición y destellos
empapando el prado salvaje
con copos de nieve encendidos.
Así se posa el fénix, como testigo.
No quiere perderse esta parte.

Hay dos mundos, voy a decirles
y es solo por simplificarles.
Uno es del otro, el padre
y el padre también es el hijo.

Cuando la lluvia es de amor
el evaporo fue de deseo.
Cuando saludó la marea,
la danza cósmica fue lunar

El viento no trae consigo trinos
ni tus oídos perciben sonido.

Son colisiones multilaterales,
de ti mismo.
Son todo el uno
de los totales.

Es un viaje alrededor del mundo
donde terminas por encontrarte

Tal vez no estoy listo para contarte.
Pero el fénix lo sabe.

 

Correcto. Una enseñanza que trasciende lo cultural.
Gracias por estar!