Música.

Seamos fárrago y caos a los pies del escenario.
En esa mezcla de humo y luces
no podrás ponerme riendas.
Pura adrenalina dando saltos al compás de la música
mientras sientes la armonía entrando en mi pecho.
Verás que la música me hace ser y estar.

No pienses en el ayer
ni en el hoy
ni en el mañana.
Deja que ocurra,
que sueltes todo el peso mientras
al bailar le pisas los pies a alguien.
Y ríe.
Ríe mucho,
ya que a nadie le importa si no lo haces.
Así que date prioridad a ti mismo.

¿Quién te abrazó sin estar cuando más lo necesitabas?
La música.
Así que ahora devuélvele el favor.
Hazle ver que eres capaz de disfrutar
lo que ésta te transmite: movimiento.

Que la vida al fin y al cabo es eso:
moverte.
Nunca te quedes en un mismo lugar,
sigue hacia adelante.
Pero con música.