Muerte.

Pensamos mucho en que nos convertiremos después de morir, pero no pensamos en qué nos convertiremos después de nacer.

Sí pensamos en lo que queremos ser de mayor, pero no pensamos en qué nos vamos a convertir.

¿En qué me convertiré yo dentro de unos años? ¿Seguiré siendo la misma persona de antaño? No lo sé.

Nadie lo sabe.

Por mucha gente que diga que lee el futuro, el futuro no se puede leer. Nunca sabremos lo que el futuro nos deparará. Si muerte, si gloria, si perdición… No lo sabemos.

Nunca nos hemos parado a pensar qué pasará una vez nos independicemos, pero sí nos hemos parado a pensar que hay después de la muerte.

¿Y qué más dará lo que haya después de la muerte? Estaremos muertos, no podremos vivirlo.

Vivir muerto no es vivir, es sufrir al ver que la gente no te puede ver.

Depende de cada creencia cada uno ve la muerte de una forma diferente.

Yo la veo como el final de algo que pude llegar a ser y que dio a su fin.

Casi nunca morimos siendo lo que queremos.

¿Qué queremos ser? ¿Qué seremos en un par de años?

¿Tú lo sabes? No, no lo sabes.

Nadie es tan decidido como para saber que quiere llegar a ser. La mayoría de las cosas que queremos llegar a ser son caprichos, nunca es real.

Ser futbolista, ser cantante, ser actor… Tan sólo son caprichos.

Puede que me equivoque en algunas cosas, pero en lo que no me equivoco es que nunca nos hemos parado a pensar en qué seremos en un par de años, pero sí en que queremos llegar a ser.

Yo lo único que temo es que una vez muerto nadie se acuerde de mí, porque una vez olvidado sí que estaré muerto.

Hay cosas que no tienen respuestas, y una de ellas es la muerte.

 

Interesantes reflexiones. Tenemos que preocuparnos de vida, no de la muerte. Nuestra vida continúa en todo lo que amamos.


Saludos cordiales.