Mi sonata

El mundo no me deja respirar.
Es como si tocará Chopin
No siento el resquicio del viento.
Ni los paréntesis de las partituras.
Nada cobra vida.
Mis palabras obsesivas y rancias caen como gotas.
Como lagrimas negras en el charco.
No cogen forma dorada ni la luz se acerca.
Todo se esta apaciguando.
El viento el aire cambia de nivel cambiantes como las miradas.
Las percepciones se pierden y las notas.
Se opacan y los aplausos crean la gracia de un payaso.
Que razón tiene la vida al reírse.
Cuando lo cristales revientan de dolor sin ser amargura.
Dame alcohol, aún así la música sigue y sigue.
Los oídos mueren de ruido, hasta que todo salta.
Ese salto de corazón inminente hizo el parón
Hasta finalizar la obra.
Adiós sin fin de nada y sin conjetura. ​