Mi derecho.-

MI DERECHO
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Con mucho afán me persiguen siempre,
mil leguleyos muy eruditos.
Quieren ansiosos, según ellos,
sacarme pronto de ésta prisión;
y pasan tiempos inauditos,
mostrando labia de tantas leyes,
que muchos reyes;
ayer dictaron sin compasión.

Y aquel reloj de ésta cárcel,
que está cansado de ver sus aspas,
girando siempre,
como la tierra en torno al sol ;
más se fatiga al verlos tanto,
en ese inútil afán de darme,
como embeleco, el dulce canto,
del viento libre que está allá afuera,
de éste cadalso, de ésta prisión.

Prefiero el grillo que me aprisiona,
a tu recuerdo,
a tu pasado,
a tu presente;
y a aquel mañana que espero ansioso,
que hayas logrado,
el bienestar que para ti,
yo he rogado,
aunque me muera en mi dolor;
de verte lejos, de no tenerte,
aunque yo muera por tu amor.

Ellos no saben que mi derecho,
que no es derecho,
que no lo impongo, que no lo exijo,
pero lo pido por mi misma alma;
es verte un día y desde mi alma,
llenar de besos a tu regazo,
que es mi mansión

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Bello poema de amor, el derecho de uno es primero amar sin condiciones, lo que venga luego ya vendrá. Un abrazo amigo Isaías. Paco.

 

Y amarte a ti mismo, también es un deber.

 

El derecho a amar es imprescindible y no sólo es un derecho, es un lujo. Un gusto pasar por acá y leerte.