Melancolía.

No quieras dejarme encerrada por dentro,
no quieras dejarme encerrada muriendo,
Quiero seguir enamorada de mi soledad,
pero Dios, sé que necesito dejarla marchar.

Hay un gran vacío en mi pecho,
te fuiste y dejaste mi corazón deshecho,
no puedo ocultarme en la oscuridad,
no pude embriagarte con la luz de la luna,
para que dijeras que me amabas de verdad.

No puedo sostenerme más,
me pregunto qué es lo que estaré haciendo mal.

No quieras dejar que tengas que depender de mí esta vez,
ahogando mi deseo de volar,
aquí en la oscuridad,
no puedo sentir,
pero sé que ella no se puede marchar,
hasta que yo la deje ir.

Perdonándote una y otra vez,
ya no tengo nada que perder,
incluso si soy mi propia enemiga,
cualquier cosa es mejor que estar sola,
siempre encontraré mi lugar entre las cenizas.

 

Natural y espontáneo; versos salidos de las mismas entrañas del alma.

Me gustó tu poesía.

Saludos.

 

Valentina, no tengas miedo de la soledad,
esa dama si uno se atreve a conocerla puede llegar a ser una agradable compañera de viaje.
Un abrazo, encantado de leerte.

 

un gusto leer sus versos,saludos