Llanto seco.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

De tajo no,
sino creciendo,
comenzando bajo
vientre, pecho, cuello,
nudo de garganta,
angustia atada,
amordazada,
labios blancos.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Cuencas huecas
manando hilos fríos
lamiendo el cráneo
hasta las muelas contritas,
rabia masticada de saberse,
sentirse y mirarse
en el desamparo del duelo.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Crudo silencio
atónito, contemplando
la cruel satisfacción
en los ojos ajenos,
de sangrarle la pena
de un llanto seco.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Mirarte de frente
con ojos desiertos,
áridos de haberte
escupido todas las lágrimas
a la comisura de tu sonrisa,
que sigue extendida
ante mi naufragio
en este mar negro.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Pregunto,
¿qué gozo
puedes tener del grito
que grito en silencio?
¿No existe misericordia
de lo que fuera amor eterno?
¿Es tanta tu dicha
por verme sufriendo,
que debes solazarte
viéndome llorar por dentro?

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Prefiero marcharme,
llevarme mi alma
chorreando agonía
lejos de tus ojos
y su sádico goce,
buscar el alivio
de hacer con palabras
lo que mis ojos buscan
sin poder dar con ello.

Dolor sordo.

Dolor quedo.

Y la tristeza
no cesa al decirlo,
al escribirlo y querer
que la página seque
la muerte que llevo dentro,
me quite la angustia,
se lleve el recuerdo,
y me deje, finalmente,
sin este
dolor sordo,
sin este
dolor quedo.

 

¡¡bravo!!! me encantó y mas la parte en donde dices : dolor sordo ,dolor quedo

 

Gracias por el comentario, amiga Mónica Andrea, ésa fue también mi parte favorita al escribirlo. Saludos.

 

Me honra con su comentario, amigo LUZYABSENTA, cuando el dolor es tanto que no tiene siquiera las lágrimas de alivio, las letras es todo lo que queda para poder sanarlo. Un abrazo.