La escalera

Abrí la tosca puerta con los ojos cerrados
tieso como un tempano estaba el picaporte
las bisagras se quejaban, con un eco extraño
un último haz de luz se arrastro hasta los bordes
y murió en el peldaño de la sombría escalera.
Ya mis ciegas manos indagaban sus fronteras
para hallar una lumbre que guiara mi sendero
prendí un fosforo bajando lentamente un escalón
las sombras de los bichos se ampliaban en el techo
y abordé un obscuro viaje sin saber la dirección.

Recogí las llaves que colgaban de un gran clavo.
Las grietas eran largas como heridas de guerra
el aire y el descenso se hacían más pesados
suaves telarañas se enredaban en mis prendas
los muros agrietados se cernían sobre mi
hice antorchas con los diarios que al pasar recogí
se cerraba la puerta con crujidos punzantes
mucho me inquietaba aunque seguí como un mandato
vi algunos retratos de pálidos inmigrantes
calendarios amarillos del siglo pasado

Una brisa húmeda brotaba desde abajo
la puerta se cerró y mi luz agonizaba
mientras buscaba otro fosforo seguí bajando
aprendí el ingrato ritmo de la escalinata
encendí un libro muy viejo y lo hice mi faro
oía tras de mí el pestañear de unos parpados
pude sentir mi propio latido, tuve pánico
pero ese miedo que nos despierta a media noche
el terror de algo que ya pudo haber pasado
y deja las entrañas a merced de los temores

Cada metro al bajar se volvía más negro
el hedor se desprendía del sucio revoque
cada cuadro en la pared se tornó más siniestro
vi esculturas en ruinas, escuche algunas voces
muñecas rotas, botellas y revistas baratas
todo había sido aperitivo de las ratas
cada paso una trampa, vi amuletos dorados
supe que del piso no debí recoger nada
supe que el camino era más grande que mi paso
nunca quise volver la gravedad me llamaba

Pensé entonces que acaso si seguía mi marcha
llegaría tan bajo que no había regreso
que las puertas del hades a mi paso arrasaba
y vería cual Dante la prisión de los muertos
los círculos y anillos del mundo condenado
y atravesando el seol seguiría avanzando
una inversa escalera otro largo camino
y otra puerta al final me anunciaba la entrada
donde al fin de las horas llegaría a destino
a la blanca Siberia o la agreste Malasia.

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Muy lograda tu poesía amigo, siempre te destacas en la composición de versos rimados

Saludo cordial

 

gracias amiga, me alegra que te halla llegado