Héroe.

Ayer, el otro día, hace tiempo,

segundos, minutos, horas, ... milenios,

arrastrome el desatino

al abismo insospechado.



Caí a una cueva cerrada

de oscuridades cuadriculadas,

alta presión de un mar interior

de embravecidas aguas.



Y fui inmediata presa, fácil,

de burbujas encolerizadas,

agitados aires comprimidos

de fragores contenidos.



El reino de vulcano

me sometió a sus fuerzas,

resquebrajados sonidos

de retumbos cristalinos.



Hasta que de repente

ayer, el otro día, hace tiempo,

liberome el desatino

en un geiser desbordado.



Siseaba el líquido

impelido al surtidor,

surgía susurrando sonidos

que prometían sosegar la sed.



Subía y bajaba, propulsado,

del confinamiento a la luz,

y me zambullía empapado

en un vaso de vermut.



(Historias de las bravías espumas de la soda)

(A las doce, vermut)

 

algún día quise ser superman, en el fondo, tenemos algo de héroes, pues siempre gozamos de valentía, saludos

 

Las mayores heroicidades las "cometen" los antihéroes, como éste que, a punto estuvo de ahogarse en una botella de "sifón", menos mal que llego la hora del vermut que tantas veces nos salva.

 

Uno se va salvando de esos momentos tan peligrosos de la vida.
Me ha gustado
Un placer conocerte

Alfonso Espinosa

 

Gracias Alfonso, por pasar y comentar, intentaré conocerte también a partir de tu obra publicada aquí, el placer es mutuo. Si, es importante salvarse, cada día a las 12 con un buen vermut, si puede ser.

 

Bueno, la historia tuvo un final feliz, como las pelis americanas de superhéroes. Imprescindible un toque de sifón en el vermut, mmmh...que bueno. Excelente poema, Jepet. Un abrazo, compañero.

 

Gracias por pasar y comentar LIBRA8. Desde luego, si el vermut es bueno el sifon no le estorba.