felizmente humano

Casi puedes oír en las olas del viento el canto de la primavera que se acerca, el sonido del ferrocarril que gira y gira apagándose junto al remolino de las hojas. No sé si manos inhumanas revuelven mis sentimientos ni si acaso valdrá la pena creer en un Dios en estos tiempos.

Sé que las colinas al oeste lucen felices de nuevo, que las del este todavía lucen el espíritu de la Navidad, esa nieve que llena los ríos, que me quita la sed y hace que nade como pez en el agua. Hay algo en el viento, un algo que busco y no encuentro la fuente pero que sé tiene vínculos con el alma.

Porque no decir simplemente que la primavera es una comunión, que hay vida en el aire y en las nubes, grandes y casi amenazantes, mágicamente mezclada esa lluvia que hizo posible este poema.

Fidel Guerra. Abril 17, 2022.