Experimento

Experimento

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Somos una mera y pequeña ilusión, que se nutre de creencias, de costumbres y tradiciones. Algunos llaman cultura, a lo que no son más, que con el tiempo, en lo social imposiciones. Se dice que hay muchas realidades, nada más lejos de la realidad, pues aunque estas son más de la media, y no la afectan en esencia los cambios de la moda, el castillo se viene abajo cuando la realidad se muestra con su función de sonda. No es que sólo haya una realidad, puede haber muchas, una u otra se nos muestran, pero no todas.

El ser humano puede que como colectivo sea simplemente un ente individual que por necesidad se ha multiplicado adaptando sus características físicas al medio que habita. La conciencia colectiva no existe, es la ilusión de la que antes hablaba. Surge como necesidad colectiva que amalgama y busca un fin imaginado; somos parte de la naturaleza, dominarla es lo que buscamos; difícil papeleta que sin cohesión, por dominar, ni nos dominamos. Sólo hay una conciencia y una realidad: la de cada quien y cada cual, pero es la misma, sea Homo Sapiens o Neanderthal se domina lo que se conoce del medio natural.

Llegó la hora y son las doce, es la era del mundo artificial… La onda del universo no resulta en mundos paralelos, es el mismo, que contado con dos dedos, se nos muestra en uno pequeñísimo, y en el otro altanero. Todos alguna vez hemos experimentado lo que es concentrarnos en un objeto hasta el punto, de tal forma que lo que se convierte en menos que un punto llega a desaparecer de nuestra vista. Si analizamos la situación nos damos cuenta de que el objeto está ahí aunque no lo veamos. ¿Qué es pues lo que sucede en ese objeto, o más bien en nuestra percepción del mismo? Lo que sucede es que para la concentración en el objeto, debemos aislarlo del entorno en donde se encuentra; es decir, en la medida que discriminemos los objetos de alrededor estaremos más concentrados en el objeto que nos ocupa, que irá reduciendo su tamaño hasta desaparecer. Esto nos está diciendo, o por lo menos me lo dice a mí, que la visión de un objeto está relacionada con su entorno, vemos el objeto, su estructura, por contraste con el medio y lugar que ocupa. Es al desaparecer de nuestra vista su entorno cuando el objeto va a ir adquiriendo menor tamaño, que será proporcional a la pérdida de contraste, por concentración en el objeto, de los objetos circundantes al mismo. Llegará un momento que no percibiremos nada, y si embargo estará todo ahí. Creo que es una buena analogía para comprender el mundo cuántico, aunque no lo veamos, está ahí; sencillamente no lo vemos porque vemos el todo, y con el ejemplo anterior observamos que el todo desaparece al concentrarnos en una parte del mismo, de tal forma que incluso esa parte (su estructura) desaparece de nuestra vista por la falta de referencia respecto al todo que voluntariamente lo hemos discriminado en la concentración de una de sus partes que terminará desapareciendo al desaparecer su entorno.

La conclusión es que con la concentración en un objeto la mente puede acceder al mundo cuántico aunque sea mentalmente. Sería bueno analizar el tiempo que puede permanecer así la mente, o visión, y ver qué es lo que ahí se observa y qué relación puede haber con el mundo subatómico.