Esmeralda

Esmeralda coge en una mano
su oferta
y en la otra sólo espera tu compasión,


lleva diez años
sobre el rostro trajinado,
un dia más buscando comida
en la sucia ciudad,
porque en casa hay dos hermanos
menores también hambrientos.


Las calles son más que
lodo y látigos sobre
las espaldas de todos los niños,
los adultos somos
albañiles crueles de sus avenidas y jirones.


Pedí que se sentara
dijo: gracias;
pedí que bebiera del jugo
y no dijo nada con los labios,
sonrojada agachó la mirada;


pedí que cogiera lo que a mi servían,
y sus ojos se llenaron de llanto.

 

Hola Eenciso:

Un poema muy triste, no cabe duda..
Un gusto navegar por el mar de tus versos.

Saludos cordiales.


El Armador de Sonetos