El Cántaro

EL CANTARO


¡Pobre cántaro que yaces solitario
y padeces en silencio tu calvario!
Eres cántaro de rústica expresión
confinada tu existencia en una esquina
de ese patio polvoriento que margina
la esperanza, la alegría, la ilusión.


Fuiste joven experiencia de alfarero,
fuiste "El Único" (quizás por ser "Primero"),
pero el tiempo deja paso a la inclemencia
y conforme la pericia mejoraba
quien te daba apenas forma te olvidaba
condenándote a la oscura indiferencia.


Muchos años dedicaba tu memoria
evocando la dulzura de la gloria.
¡Cuántas veces recordabas al muchacho
aprendiz aventajado de alfarero,
manejándose con barro y con esmero
en el torno que movía vivaracho.


Una lágrima recorre tu mejilla
esculpida sin destreza y con arcilla.
Y en tu cuerpo tristemente desolado
una araña construía su celada
ignorando que tu cara deformada
fue la imagen de un chiquillo enamorado


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Chu





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