Deseos inocentes

Al llegar a la adultez se pierde la ilusión,
se pierde la inocencia del niño interior,
cerramos los ojos a lo esencial del corazón
pues nos cegamos por lo que creemos mejor

yo sin embargo, quiero ser la excepción
creciendo pero no olvidando al niño que fui,
espero no llevarme una gran decepción
y que nadie diga que no lo intenté y que huí

sueño sin soñar pues mi mundo es irreal,
hablo sin hablar pues el silencio es mi voz,
veo sin ver, con el corazón es lo ideal,
vuelo sin volar, mis alas son de noche atroz

escucho sin oír, pues el viento me susurra,
mas no dudo sin dudar que respire bajo el mar,
mientras ahora escriba lo que se me ocurra,
cualquier cosa que imagine y me deje terminar

No quiero morir sin vivir aventuras memorables
y contar historias con alardes de valientes,
pues crezco en cuerpo y mente, algo indudable
anhelando que se cumplan mis deseos inocentes.

 

Muchas gracias por leer mi poema, no hay que olvidar que fuimos niños, divertirnos un poco de vez en cuando y olvidar las preocupaciones de la vida cotidiana por un momento. Saludos

 

Buenos versos que nos recuerdan al niño que fuimos aunque ahora la consciencia nos ponga mil trabas para poder soñar, jugar o ilusionarse.
Siempre hay que guardar en el interior ese mundo que nos trajo hasta aquí... y disfrutarlo, cuando nos dejen.
Un saludo, Gerardo; me gustó tu poema.

 

Muchas gracias Alonso, que gusto que te agrade lo que escriba, aun hay mucho por escribir y aprender. Saludos