Columna alabastrina

No sé si es tu dolor o es mío…
Te veo firme, reluciente como estrella.
Tengo mucho que aprender de ti...
¡Oh, columna alabastrina y bella!


No sé si es tu dolor o es mío
lo que me aguijonea el corazón.
Te miro sonriente, amable, en paz...
Y yo devorada por la sinrazón.


No sé si es tu dolor o es mío;
sensación que me hace temblar,
emoción me hace estremecer,
dolor que me hace gemir y llorar.


No sé si es tu dolor o es mío;
te veo: luz fría de la luna te baña.
Bella y feliz columna alabastrina:
¡Oh, querido retoño de mi entraña!



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Pues me uno a todo lo que provoca esa columna alabastrina con un sentimiento que desborda. Un fuerte abrazo poetisa!

 

Muchas gracias Luis por tu hermoso comentario. Cuando un poeta logra que el lector se una a sus sentimientos se puede decir que alcanzó su meta. Un beso y abrazo cariñoso.

 

Claro que nos duele en el alma
cuando alguien que amamos sufre
y más si no podemos hacer nada para ayudarte.
Besos y abrazos y mi admiración
por este poema surgido de las entrañas de tu genialidad poética.

 

Gracias querido Eladio por tu muy hermoso mensaje. Tus palabras son totalmente ciertas. El dolor es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, a veces sin poder hacer nada al respecto. Qué bueno que se pueda convertir en inspiración poética y así algo sanará.

 

Excelente obra querido amigo...
es un ejemplo de tan buena forma de sentir
de tu corazón vivo...

me gusto te dejo un ramo de rosas..

saludos​