Amargo Destino

En una noche pluvial,los pistilos de la rosa amorosa se encharcan entre murmullos de gotas rancias que hacen llorar de amargura a tu frente ancha y marcada por el signo de la grandilocuente soberbia.Desearías volar hacia las ruinas sagradas de Delfos,pero allí el dios áureo está irritado contra ti por haber perdido toda la fehaciente gracia que da la soberana castidad.Movido por la serpenteante lujuria cayeron sobre ti los rayos tenebrosos de Hades,y ello te instó a retirarte a los sombreados ribazos donde las carcajadas harapientas de los muertos en vela hacen estremecer de dolor el corazón tuyo que ya es un coladero de espirituoso aroma fratricida.Entonces tiritas entre mortales nevadas de una musicalidad estrellada pero sorda para no despertar la auténtica iracundia de los Eternales.Solo y en la obscuridad más insomne sólo tienes entre tus manos de fúnebre deseo la caja plomiza de tus promesas por cumplir,la cual cae para tu agudo horror en el cenagoso barro de un maldito charco que se va comiendo tus cobrizos pies de príncipe destronado.Ahora sólo esperas que se nuble por completo tu amargo espíritu para morir en una desintegración total y apoteósica.