Adicto soy,...

Al tabaco, a sus dramas,
y al pasado que no calla,
por la herrumbre, (en la bisagra),
de una puerta de mi ayer.

A beber lo imaginario,
(fantasear con escenarios),
con su costo estrafalario,
siempre a cuenta de mi fe.

A enredar lo que no fue,
(bien ligado a lo que resta),
la derrota, se hizo inmensa,
en mi adiós a los porqué.

En brindarme a ese revés,
(de la diestra a la siniestra),
intrigado en otra pieza,
de este puzzle de no ser.

A un villano torrontès,
(disimulo de mil penas),
otro amargo terapeuta,
consejero en el desdén.

Y adicto soy,...

A la vida, (ya sin fe),
amarrada a una treta:

A esta magia de la letra,
y a sus modos de vencer.

 

Mi gratitud es por tu paso.
Muy agradecido por tu apoyo.
Besos mil,...

Jorge.

 

Se te olvido poner "adicto a las hermosas palabras"

Un saludo.

 

Cuando uno se hace adicto a todo lo nombrado en tus letras el corazón es un manojo de sombras... pero cuando nos hacemos adictos a la vida... a sus colores... a sus cantos... a sus sorpresas... nos encontramos dentro de la vida... Aplausos...

 

es bueno ser adicto a los contrastes
de la vida , excelente poema amigo
mis saludos y hasta siempre.

 

Asi es como pienso mi amigo,...
Gracias por estar.

Jorge