A tus hijos

Vendrán.
Tendrán sonrisa ante todo.
Trendrás que enseñarles algo de maldad,
para que el mundo no los de vuelta en la sartén.
A al menos,
para que sepan reconocerla y mantenerse lejos.

Tendrán una mano siempre tendida.
Apretarán al saludar de verdad.
Mirarán los ojos.
Será gente con la que querría cruzarme en cualquier esquina.
De la gente que quisieras tener al lado,
si el subterráneo se quedara a mita del túnel.

El mundo intentará volverlos locos,
como a todos.
Estarán bien plantados por tu mano.
Le sonreirán a los problemas.
Dirán: "Yo pago la siguiente cerveza".
Me aguantarán que me levante a pedir
que pasen de nuevo ese tema.
No te dirán que estuvieron bebiendo conmigo.

En realidad no habrá tiempo para todo eso.
Pero vendrán.
Yo sé que vendrán,
y será así.


(para todas las mujeres a las que les cuesta quedar embarazadas.
Y especialmente para Constanza, ojalá puedas legar esa calidez humana que nos irradias a los que te conocemos.)[/I]

Pd: Tampooco hay que olvidar la posibilidad de la adopción.

 

Bellos y nobles versos. Es una paradoja esta de tener hijos. Son una felicidad flotando en un espejo de lágrimas.

Saludos, poeta.

 

Un dulce poema, lleno de esperanza y de nobles anhelos, un placer haberte leído, besos poeta

 

enorabuena,encantada de leerte,un abrazo