Vida y muerte o viceversa

El recuerdo de la infancia
enfrentándose a la muerte
prematura
pone en el Ser la constancia
de la memoria que advierte
la diablura.

De los años son las penas
que apuntalan la caída
de la historia
asomada a las almenas
con la figura perdida
por la gloria.

No cabe ningún engaño
sino de frente morir
enseguida
por el último peldaño
con esperanza subir
a la vida.

Sentir del mundo dolores
que siempre vuelven contigo:
son tropiezo
de la odisea en colores
recreando el rostro amigo
tal atrezo.

*

No verás a quienes pintan
y levantan con pasión
andamiajes
que a las mujeres encintan
colmando con emoción
los paisajes.

No te afanes nunca en nada
ebrio por los bodegones
del amor
muere en la cruz elevada
desbaratando los goznes
del dolor.

Ningún hombre ni mujer
cambiarán nunca la historia
de sus pasos
nadie llega a conocer
lo que trama la memoria
por ocasos.

Mas conciben la alegría
quienes se aman sin demora
extasiados
con enjundia y poesía
abrazándose a la hora
bien hallados.

*

La rúbrica de la muerte
la santa niña de azares
por los ojos
abandonada a la suerte
atravesando manglares
quema abrojos.

Y así las pérdidas arden
enmudeciendo el saber
sin consuelo
osamos pedir que guarden
osamentas del querer
por el cielo.

La vida profana pierde
la sangre por el engaño
desangrándose
las duras raíces muerde
sin beber agua del caño
aquejándose.

Cabe entonces encontrar
al sol la justa medida
de aquel sueño
y humildes considerar
nuestra inminente partida
con empeño.

 

Sensacionales manriqueñas. Desde luego.

Un saludo cordial.

Salvador.

 

Gracias, Alde. Muy amable.

Saludos

 

Gracias, Salvador. Muy amable.

Saludos

 

Todo un gusto disfrutar de estas coplas manriqueñas, su forma poética es muy interesante y haces parecer facil lo que resulta dificil: componerlas. Saludos

 

Gracias, Manuel. Muy amable.

Saludos