Alma perdida.

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Tengo el alma perdida y miserable.
Mi cosecha de afectos es escasa
los poquitos que tengo, son mi casa,
y el calor que me dan, inestimable.

Me sobran muchos dedos p'a contarlos
pero tenaces son e inquebrantables,
me gozo en su calor, son tan afables.
Por hoy mejor será no contrariarlos.

Es falso el primer verso, me desdigo.
A veces las angustias nos ofuscan
cuando viene los monstruos y nos buscan.

Mas dulce es el calor que yo consigo
con tan solo buscarles la sonrisa,
se me perfuma el alma con su brisa.​

 

Ay qué soneto más profundo y reflexivo, leerlo supone ir de la mano de tus bellas letras a sentir mil sensaciones agradables de cuando nos sentimos queridas y menos gratas cuando nuestras dudas y ofuscaciones por sí solas nos maltratan con el desencanto y el desamor.
Me ha encantado leerte mi querida amiga y admirada poetisa, miles de besos para ti con todo mi cariño.....muááááácksssss

 

Hermosa Isabel, poeta excelsa, es un honor que pases por mis versos y me dejes tu cálido comentario que siempre me reconforta. Muchotes besos y un gran abrazo.

 

Bellísimo poema, Luciana! Pienso que es mejor la calidad que la cantidad de afectos... Me encantaron las dos últimas estrofas! Abrazo, poeta.