Era sólo un chiquillo.

Mi hermano montó caballo

y el caballo se desbocó

y cuando se cayó al suelo

tremenda coz le pegó.


¡Ay, Hermanito querido!

¡qué tremenda fatalidad!

cuando eras tan sólo un niño

partiste a la eternidad.


Te recogieron temprano

te llevaron a un hospital

pero nadie pudo remediar

la gravedad de tu mal.


Yo llevo siempre en mi alma

esa, tu última mirada

como si no te dieras cuanta

direccionada a la nada.


Hace poco más de un año

desde que murió el papá

seguro habrán de encontrarse

viviendo en el más allá


¡Ay hermano Pedrito!

siempre te voy a recordar

acepta estos sencillos versos

que aquí te quiero expresar.


Nueva Imperial, 2023