Espejito, espejito

Ándese el listo con tiento
cuando al espejo se mira;
si ante su imagen suspira
es más tonto que portento.
•
¡Ay, traicionera apariencia
que con reflejos se alumbra!;
si el azar es quien la encumbra
vana será su indulgencia.
Tenga el "feote" paciencia
que lo bello se revierte;
no por decirlo más fuerte
tanto más se ha de entender:
"Mejor aprenda a perder
el que vive de la suerte."
~•~​

 

Tremendo. ¡Y que final!
Obtener lecciones de la derrota al final es lo más sustancioso.
Muy bueno, Callejero.
Gran saludo.

 

Muchas gracias por tu grato comentario.
... Hay quien no aprenderá ni en su cuarta reencarnación.
Es nuestro sino, tropezar y tropezar, y no aprender casi nunca de los errores, eso sí, vanidad y ego que no falte, así nos va.

Saludos.

 

Atinado tu comentario, como siempre.

Gracias, Alde.

 

Encantadora forma de componer. Me parecía una “Letrilla” al principio

me encanta esa manera de componer tuya. Esta vez una estrofa en redondilla más una espinela en toda regla conforman un poema pleno de sentido y gracia, esa gracia un tanto amarga que la hace aún más original y graciosa. Para tener gracia hace falta ser serio, lo mismo que en una caseta de feria. Lo dicho, fantástico. Abrazos muy grandes extensivos.

Salva.

 

En verdad, me divierte bastante cualquier composición en octosílabos, seguramente porque es nuestra forma de hablar , sobre todo en Andalucía, o así lo veo.

Gracias de nuevo. Salva.

 

Qué final! Cuando leí se me vino a la mente te el Martín fierro” y no es la primera vez que, creo que te lo he dicho. SOS muy bueno, Manolo.
Un abrazo grande.

 

Gaucho aguerrido y más noble:
¡Con un grande me comparas!
a no ser por lo majaras
poco me he de parecer;
de lujo es poder tener
el juego de las mil caras.
•
​

Tú si que eres grande, aunque no lo sepas.

 

Desde que estuve aquí disfrutando de tus octosílabos me quedé pensando que estos tuyos me recordaban a Cristóbal de Castillejo del cual me dijeron que los manejaba muy brillantemente. Este poeta español nacido en 1490 se opuso con vehemencia a la estética petrarquista escribiendo de Garcilaso y Boscán. Ejemplo es su “Visita de Amor que te transcribo poniendo a parir a los versos llenos de retórica que no llamaban a las cosas por su nombre. Aquí te dejo ese poema para que lo disfrutes.
Con un abrazo grande.

Salva.


VISITA DE AMOR

Unas coplas muy cansadas,
con muchos pies arrastrando,
a lo toscado imitadas,
entró un amador cantando,
enojosas y pesadas.
Cada pie con dos corcovas,
y de peso doce arrobas,
trovadas al tiempo viejo.
Dios perdone a Castillejo,
que bien habló de esas trovas.
Dijo Amor: ¿Dónde se aprende
ese metro tan prolijo,
que a las orejas ofende?
Algarabía de allende:
el sujeto frío y duro,
y el estilo, tan oscuro
que la dama en quien se emplea
duda, por sabia que sea,
si es requiebro o es conjuro».
«Ved si la invención os basta,
pues Garcilaso y Boscán,
las plumas puestas por asta
cada uno es un Roldán,
y, con todo, no le basta;
yo no alcanzo cuál engaño
te hizo para tu daño,
con locura y desvarío,
meter en mi señorío
moneda de reino extraño.»
«Con dueñas y con doncellas
(dijo Venus), ¿qué pretende
quien las dices sus querellas
en lenguaje que no entiende
él, ni yo, ni vos, ni ellas?
Sentencio al que tal hiciere
que la dama por quien muere
lo tenga por cascabel,
y que haga burla dél
y de cuanto le escribiere».

CASTILLEJO, CRISTÓBAL DE

 

Grandísimo poema me dejas Salva, picaresca, ironía, mala leche... tiene de todo, como la mesa de Nochebuena de un marqués.
Muchas gracias por dejarlo aquí, y sobre todo por tu presencia, siempre necesaria y bienvenida, a este, tu espacio.