Apóstoles del viento

Jalándome un leñazo de tinto con casera
bregando con los gases que empañan el postín,
apóstoles del viento se saltan la barrera
y al trago glamuroso de pronto ponen fin.

En derredor resuenan reproches de barriera
profusos decibelios recuerdan San Quintín,
en riesgo está mi estampa, con tanta carajera
igual me doy la vuelta cual viejo calcetín.

Y mientras dilucido si acepto el desafío
si sigo o no achicando vaciando mi vacío
se torna el soliloquio en duda existencial:

¡Más sitio tienen fuera!, me chivan mis neuronas...
sin tinta de poeta, se van las niñas monas...
mejor me hago el loco y apuro mi grial.
~•~​

 

Qué buenos alejandrazos, Manolo! Esos sujetos del viento no tienen que afectar un buen trago. Ja. Soneto genial.
Abrazo.

 

Alejandrazos!... Tomo nota.
Soneto etéreo y real diría yo, a ver quién no tiene esos síntomas, pegándose un tinto de verano.

Qué cachondeo!

Setagradese

 

El propósito es bastante mundano en esta ocasión; a pesar de los pareceres que se le plantean, decide tirar por la calle de en medio y como tú dices: prefiere aferrarse a su propia percepción de felicidad y seguir disfrutando del momento, después de todo. cuando llegue el momento, solo nos llevaremos lo puesto... y ni eso.

Gracias por estar.

 

Excelente soneto alejandrino, querido Manolo. Perfectos todos. La sinalefa que no haces en “me hago” es muestra fehaciente de tu dominio métrico. En el más puro estilo “modernista”. También rl empleo de serventesios en los ocho primeros versos es algo que delata tu dominio, ya que en versos largos con esta forma la rima es más perceptible cumpliendo su misión estética. En cuanto al fondo volvemos a ese humor con un poco de pimienta amarga que lo hace más brillante. Es como echarle algo de azúcar al tomate frito que así está más bueno. Mis felicitaciones.
Abrazos grandes extensivos, por supuesto.

 

Muchas gracias, Salva, por pasarte por aquí, con tan instructivo comentario.
En esta ocasión, escogí un tema algo ordinario, pero como tú sabes mejor que nadie, de todo ha de haber en la viña... del tinto.

Un abrazo